Wednesday, September 15, 2010

Impotencia e Indiferencia

La linterna rodó por el piso y una rabia intensa se apodero de mi ser,
cada latido estallaba en mis oídos y mi respiración,
sólo olía el castigo indiferente de tu corazón,
entre gemidos y quejidos apreté una almohada cercana,
escondiendo el rostro febril.
Un trago de agria saliva,
enduro la boca de mi estomago
y volteé después de haberte enseñado,
q en mis ojos puedes ver el infierno,
que logras encender en mi.

Tus palabras sin sonido,
tu mirada infantil
y tus caricias de hielo,
quebraban los torrentes de mi alma desgastada,
maldiciendo a cada segundo q estaba por venir,
avivando la impotencia de mis besos,
el ingélido ¡Stop! de mis frustradas caricias,
el emburuñado sentimiento de ternura
y marcando la sonrisa sellada de mis labios,
para pasar a decirte,
que necesitas un tiempo que me hará infeliz.

Las ideas se cruzaron como flechas incandescentes,
para caer en cuenta,
que cada minuto invertido,
era un sueño vacío,
que ya se había perdido antes,
mucho antes de haber nacido.

El aviso de tu silencio,
llego tan rápido que paralizo mi cuerpo;
segundos antes viajamos juntos al cielo
y ahora estabas ahí,
dispuesto a poner en mis manos,
lo incierto del momento.

La oscuridad callada
gritaba desde las paredes,
notas y acordes de afonía,
avisándole a la soledad,
que mi impotencia y tu indiferencia,
le hacían la dulce Bienvenida.

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